Somos adoradores. Y sabemos que nuestra tarea es servir al reino de Dios, ayudando a la iglesia local en la formación de ministros, que no se conformen con interpretar canciones, sino que busquen liderar en sus comunidades, el proyecto de Dios para las naciones, ejercitando y perfeccionando los talentos que Dios les ha confiado. Sabemos que en cada rincón del planeta, y en cada generación, hay un grupo de personas que no se conforman con ser espectadores, sino que quieren ser protagonistas de la historia que Dios está escribiendo.